Introducción: En la fe cristiana, Jesús juega un papel fundamental como intercesor por nosotros ante Dios. Su amor incondicional nos otorga consuelo y esperanza en tiempos de dificultad. Descubre en este artículo cómo la intercesión de Jesús fortalece nuestra relación con el Padre celestial.
La Intercesión de Jesús: Un Amor que nos Rescata
La intercesión de Jesús es un acto de amor supremo que nos rescata del pecado y nos acerca a Dios. En la Biblia encontramos varios versículos que destacan este importante aspecto del ministerio de Jesús.
Uno de estos versículos se encuentra en Hebreos 7:25, donde se nos dice que Jesús “puede salvar perpetuamente a los que por él se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos”. Aquí vemos cómo Jesús, como sumo sacerdote, intercede constantemente por aquellos que confían en él.
Otro pasaje relevante se encuentra en Romanos 8:34: “¿Quién es el que condenará? Cristo es el que murió; más aún, el que también resucitó, el que además está a la diestra de Dios, el que también intercede por nosotros”. Este verso nos muestra la certeza de que Jesús, después de haber muerto y resucitado, continúa intercediendo por nosotros ante el Padre.
Además, en 1 Juan 2:1 se nos recuerda que si alguno peca, “tenemos a uno que aboga ante el Padre, a Jesucristo, el justo”. Aquí se enfatiza la importancia de la intercesión de Jesús como nuestro defensor y abogado ante Dios.
En resumen, la intercesión de Jesús demuestra su amor incondicional hacia nosotros al ofrecerse como nuestro mediador y defensor ante Dios. Es a través de su intercesión que somos rescatados del pecado y reconciliados con nuestro Creador.
Preguntas Frecuentes
¿En qué versículos de la biblia se menciona que Jesús intercede por nosotros?
Uno de los versículos que menciona que Jesús intercede por nosotros es Romanos 8:34, donde dice: “¿Quién acusará a los escogidos de Dios? Dios es el que justifica. ¿Quién condenará? Cristo Jesús es el que murió; más aun, el que también resucitó, quien además está a la diestra de Dios, quien también intercede por nosotros.” También se menciona en Hebreos 7:25 que Jesús “puede también salvar perpetuamente a los que por él se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos.”
¿Cuál es el significado de que Jesús interceda por nosotros ante Dios?
El significado de que Jesús interceda por nosotros ante Dios significa que él actúa como nuestro mediador y abogado en la presencia de Dios. En Hebreos 7:25 se nos dice que Jesús “puede salvar para siempre a los que por él se acercan a Dios, ya que vive siempre para interceder por ellos”. Esto significa que, gracias a su sacrificio en la cruz, Jesús continuamente aboga por nosotros delante de Dios, presentando nuestras necesidades, pecados y debilidades, y obteniendo perdón, gracia y misericordia en nuestro nombre. Su intercesión es un acto de amor y compasión, asegurando que estamos cubiertos y protegidos por su sacrificio y justicia.
¿Cómo podemos confiar en que Jesús realmente intercede por nosotros en momentos de necesidad?
Podemos confiar en que Jesús realmente intercede por nosotros en momentos de necesidad porque la Biblia nos asegura su papel como nuestro mediador. En 1 Timoteo 2:5, se nos dice que hay un solo mediador entre Dios y los hombres, y ese es Jesucristo. Además, en Hebreos 7:25, se nos dice que Jesús vive para siempre para interceder por nosotros. Estas promesas nos brindan la certeza de que Jesús está constantemente presentando nuestras necesidades ante Dios y abogando en nuestro favor.
En conclusión, podemos afirmar con seguridad que Jesús no solo es nuestro Salvador y Señor, sino también nuestro fiel intercesor ante el Padre celestial. A través de su muerte y resurrección, nos ha otorgado el acceso directo a la presencia de Dios, donde él se presenta como nuestro abogado y defensor. El libro de Hebreos nos asegura que “puede salvar por completo a aquellos que por medio de él se acercan a Dios, ya que vive siempre para interceder por ellos” (Hebreos 7:25). Debido a esta gloriosa verdad, podemos tener confianza plena en que nuestras oraciones son escuchadas y atendidas por nuestro amado Señor. No importa cuán imperfectos o indignos nos sintamos, Jesús siempre está allí para levantarnos, perdonarnos y presentarnos delante de Dios como hijos adoptivos. ¡Qué hermosa bendición y privilegio es tener a Jesús como nuestro mediador y defensor!