En ocasiones, nos preocupamos tanto por lo que comemos o tocamos, pero ¿qué tal si nos detenemos a reflexionar sobre lo que realmente contamina al hombre? Descubre en este artículo de Versículos web cómo la Biblia aborda este tema fundamental para el alma. ¡No te lo pierdas!
Lo que contamina al hombre: enseñanzas bíblicas sobre la pureza del corazón
Lo que contamina al hombre no es lo que entra por la boca, sino lo que sale de ella; esto es lo que contamina al hombre. – Mateo 15:11
Pero lo que sale de la boca viene del corazón, y eso es lo que contamina al hombre. – Mateo 15:18
Porque del corazón salen los malos pensamientos, los homicidios, los adulterios, las inmoralidades sexuales, los robos, los falsos testimonios y las calumnias. – Mateo 15:19
Preguntas Frecuentes
¿Qué enseñanza nos brinda la biblia sobre lo que contamina al hombre?
La biblia enseña que lo que contamina al hombre no es lo que entra en su boca, sino lo que sale de ella, como malas palabras, mentiras y malos pensamientos. (Mateo 15:11)
¿Cuáles son las prácticas consideradas como contaminantes según la biblia?
Según la biblia, las prácticas consideradas como contaminantes incluyen la idolatría, la inmoralidad sexual, la violencia, la codicia y la falta de amor al prójimo.
¿Cómo podemos mantenernos limpios de las cosas que contaminan nuestra alma según la palabra de Dios?
Podemos mantenernos limpios de las cosas que contaminan nuestra alma según la palabra de Dios mediante el arrepentimiento sincero, la búsqueda constante de su perdón y misericordia, la oración continua, la lectura y meditación en su Palabra, evitando la tentación y rodeándonos de personas que nos ayuden a fortalecer nuestra fe. (1 Juan 1:9, Salmos 119:9, Santiago 4:7-8)
En conclusión, lo que verdaderamente contamina al hombre en el sentido espiritual son sus pensamientos y acciones alejadas de Dios, como nos enseña la Palabra en Marcos 7:20-23. Es importante recordar que nuestra pureza interior es fundamental para vivir en comunión con Dios, tal como se menciona en Proverbios 4:23. Por tanto, es necesario cuidar nuestro corazón y mente, buscando siempre la guía y fortaleza del Señor para apartarnos de toda contaminación espiritual y vivir una vida conforme a su voluntad. ¡Que la Palabra de Dios sea nuestra luz y guía en todo momento!