¡Hola! Soy Catalina y te doy la bienvenida a Versículos web. En este artículo, exploraremos 1 Juan 2:17, donde encontraremos una poderosa enseñanza sobre la temporalidad de este mundo y la eternidad que nos espera en Dios. ¡Descubre cómo vivir conforme a Su voluntad y obtener la vida eterna!
1 Juan 2:17 – Permanecer en la voluntad de Dios: Una promesa eterna
1 Juan 2:17 nos dice: “El mundo se acaba junto con sus malos deseos, pero el que hace la voluntad de Dios vive para siempre.” (NVI)
En este versículo, podemos destacar la importancia de permanecer en la voluntad de Dios. Esto implica ser obedientes a sus mandamientos y guiados por su Palabra.
El texto enfatiza que el mundo y sus malos deseos tienen un fin, mientras que aquellos que hacen la voluntad de Dios obtienen una promesa eterna. Esta promesa nos asegura que viviremos para siempre junto a Él.
Es fundamental tomar conciencia de la temporalidad del mundo y los placeres que ofrece, y en cambio, centrar nuestra vida en buscar y cumplir la voluntad de Dios. De esta manera, encontraremos la verdadera paz y seguridad en Él.
Permanecer en la voluntad de Dios es una decisión que nos brinda una promesa eterna y nos aleja de la corrupción del mundo. Siguiendo el camino que Dios traza para nosotros, encontramos el propósito verdadero de nuestra existencia y experimentamos su amor y cuidado constantes.
Recordemos siempre que la voluntad de Dios es perfecta y nos conduce hacia una vida plena y abundante. Rindámonos a su guía y confiemos en sus planes, sabiendo que en Él encontramos la verdadera felicidad y la vida eterna.
Que este versículo nos inspire a renovar nuestro compromiso de permanecer en la voluntad de Dios y a vivir cada día con la esperanza de la promesa eterna que nos ha sido dada.
Preguntas Frecuentes
¿Qué significa “el mundo pasa y sus deseos” en 1 Juan 2:17?
En 1 Juan 2:17, “el mundo pasa y sus deseos” significa que todas las cosas terrenales y temporales son transitorias y van a desaparecer. El mundo se refiere a las ambiciones, valores y placeres que son contrarios a los principios de Dios. Sus deseos son las pasiones y ansias de satisfacción egoísta que están en oposición a la voluntad de Dios. El versículo nos anima a no aferrarnos a las cosas materiales ni buscar la satisfacción en ellas, sino a poner nuestra atención y prioridad en las cosas eternas, que son aprobadas por Dios.
¿Cómo podemos aplicar el mensaje de no amar al mundo en nuestras vidas según 1 Juan 2:17?
Podemos aplicar el mensaje de no amar al mundo según 1 Juan 2:17 en nuestras vidas al reconocer que nuestro verdadero anhelo y satisfacción se encuentra en Dios y no en las cosas del mundo. Debemos buscar vivir en conformidad con los principios y valores de Dios en lugar de seguir los deseos y tendencias del mundo. Esto implica renunciar a la mentalidad egoísta y materialista, y enfocarnos en cultivar una relación íntima con Dios y buscar su voluntad en todo momento. Al negarnos a amar el mundo, demostramos nuestra lealtad y devoción a Dios y vivimos de acuerdo a su plan para nosotros.
¿Por qué es importante recordar que solo aquel que hace la voluntad de Dios permanecerá para siempre, según 1 Juan 2:17?
Es importante recordar que solo aquel que hace la voluntad de Dios permanecerá para siempre, según 1 Juan 2:17, porque esto nos indica que la vida eterna no está garantizada simplemente por tener conocimiento de la palabra de Dios, sino por obedecer y poner en práctica sus mandamientos.
En conclusión, el versículo 1 Juan 2:17 nos recuerda la fugacidad y la temporalidad de las cosas terrenales. Nos invita a no poner nuestra esperanza ni nuestra confianza en lo material, sino en lo eterno: en Dios y su palabra. Como creyentes, debemos recordar que todo lo terrenal pasará, pero solo aquello que está en conformidad con la voluntad de Dios permanecerá para siempre. Por lo tanto, pongamos nuestra atención y esfuerzo en construir nuestro reino eterno, buscando ser obedientes a los mandamientos de Dios y viviendo una vida de acuerdo a su palabra. Así podremos disfrutar de la paz, la alegría y la esperanza que solo encontramos en Él. Recordemos siempre que nuestra verdadera herencia está en el reino de los cielos, donde seremos bendecidos por toda la eternidad.